¿Cómo puedo calentar de forma eficiente y móvil un edificio, una sala o una carpa durante el invierno? ¿En qué se diferencian los calefactores directos de los indirectos y cuáles son las ventajas que ofrece un calefactor eléctrico? ¿Cómo puedo calcular la potencia calefactora que necesito realmente? En nuestra nueva serie de consejos «Calefacción móvil para el invierno», dividida en cinto partes, encontrará las respuestas correctas a éstas y otras preguntas. Hoy nos ocuparemos del tema «Calefactor directo» …
Existe un calefactor a la medida de cada aplicación
En numerosos sectores como la construcción, la industria, la agricultura y los servicios existe una gran demanda de calefactores móviles para el invierno. Y cada aplicación tiene unos requisitos muy especiales en lo que a los calefactores respecta. Por ejemplo, habrá una gran diferencia si durante la fase constructiva solo se desea calentar el edifico o también secarlo con rapidez; también si se requiere una calefacción para obras de invierno bien ventiladas o para climatizar alojamientos provisionales como carpas.
Lo que sí está claro es que Trotec, como líder del mercado de soluciones de calefacción móviles, siempre ofrecerá la respuesta más innovadora, ya sea en la compra o el alquiler. Para elegir el calefactor que mejor se adapta a cada aplicación, debemos estudiar primero los tres tipos más usuales: el calefactor directo, el indirecto y el eléctrico. Comenzaremos con el calefactor directo: ¿cómo funciona y a qué aplicaciones se ajusta?
Así funciona el calefactor directo
El calefactor directo es perfecto para su empleo al aire libre, para calentar obras exteriores, zonas agrícolas o salas interiores bien ventiladas, ya que emite todo el calor que se genera. Por eso, los calefactores directos no tienen chimenea. Por tanto, en este proceso se habla de un rendimiento del 100 %, ya que proporciona una potencia calorífica móvil con una eficiencia del 100 %.
En un sistema con calefacción directa, el ventilador se encarga de que se aspire todo el aire calentado, incluso el aire de combustión. Primero se reduce a polvo el combustible en la cámara de combustión, se inflama y se quema. Finalmente se mezcla la dosis adecuada de los gases calientes con el flujo principal del ventilador.
Además del calor, el calefactor directo también desprende los gases de combustión directamente en la sala. Por tanto, no resulta adecuado para espacios cerrados que no dispongan de una buena ventilación y en los que haya personas o animales. Como en la combustión también se libera mucha humedad, los calefactores directos nunca deberán emplearse para el secado de construcciones.
En espacios cerrados con gente y para el secado de construcciones se recomiendan los calefactores indirectos y eléctricos, que estudiaremos en las próximas partes de estos consejos.
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