El ahorro energético está a la orden del día, por lo que en muchos hogares se está usando menos calefacción que el año pasado. O directamente no se pone la calefacción, o bien se «ahorra» de forma considerable en la temperatura ambiente.
Ahora bien: «Si las viviendas no se calientan de forma suficiente y no se ventilan correctamente, se puede formar moho», advierten los expertos de organizaciones de consumidores. De ahí que sea imprescindible ventilar las estancias tras la ducha o el baño, después de cocinar y de dormir, para que se produzca el intercambio entre el aire interior húmedo y el aire exterior más seco.
Al ventilar hay que ser generosos
En vista de los costes energéticos y la preocupación por las elevadas facturas, se suelen dejar las ventanas cerradas. ¿Quién quiere abrir las ventanas con el frío que hace fuera? Una reacción comprensible por los elevados precios de la energía, pero tiene consecuencias: «Esto puede provocar la formación de moho en zonas críticas como esquinas exteriores, paredes exteriores, alféizares de ventanas o detrás de los muebles. Algo que puede evitarse si la calefacción y la ventilación se hacen de forma controlada».
¿Cómo ventilo correctamente sin calentar el exterior?
¿Ventilación intensa o lenta? Las opiniones difieren sobre esta cuestión. La Asociación de Consumidores explica cuándo conviene ventilar:
«La ventilación intensa con las ventanas abiertas es óptima para que se produzca un intercambio de aire rápido, por ejemplo, por olores desagradables en la cocina o el baño. Consejo: Antes de ventilar, apague la calefacción con antelación. El efecto ahorro es máximo cuando ya no circula agua caliente por los radiadores».
Una situación diferente se produce en caso de humedad ambiental, después de la ducha, el baño, cocinar o dormir, porque las superficies de las paredes, las toallas, los colchones o los edredones acumulan la humedad durante más tiempo.
«En este caso es mejor una ventilación completa y, después, dejar las ventanas abatidas de dos a tres horas para que desaparezca la ‘humedad por absorción’ . La pérdida de energía asociada a esta situación es baja, siempre que las ventanas no estén abatidas todo el tiempo. El efecto seco del aire es notablemente mayor que en caso de varias ventilaciones intensas».
Ahora bien, no hay que ventilar más de lo necesario ya que, de lo contrario, las paredes se enfriarían, lo que provocaría la necesidad de calentar más la habitación.
¿Cuánto tiempo hay que ventilar?
La duración de la ventilación dependerá de la humedad que haya en la estancia. Para ello, resulta útil contar con un termohigrómetro. Para evitar la formación de moho en el salón, la Asociación de Consumidores recomienda una humedad del aire del 40 al 45 por ciento en invierno y del 45 al 65 por ciento en verano. Si el termohigrómetro muestra un valor más elevado, será necesario abrir las ventanas para ventilar. El higrómetro indicará también cuándo se pueden cerrar de nuevo las ventanas.
¿Qué hacer si la humedad del aire sigue siendo elevada a pesar de la ventilación?
Si la humedad del aire supera el valor de 60-65 %, incluso después de una ventilación intensa, esto puede indicar un aislamiento deficiente de las paredes exteriores o de las ventanas. En este caso, resulta útil colocar un deshumidificador portátil, para eliminar la humedad del aire ambiente.
¡Equipos pequeños, gran eficacia! En la tienda en línea de Trotec encontrará deshumidificadores compactos desde 24,95 € para espacios grandes y pequeños. Una vez colocados, estos equipos regulan la deshumidificación de forma automática, evitando así tanto la molesta condensación de agua en los cristales de las ventanas como la formación de focos de moho.