¡Oh, no! ¡La pared está completamente húmeda! Ya se trate de las consecuencias de daños por agua o de la humedad procedente de una nueva construcción, las paredes húmedas deben secarse lo antes posible para evitar el riesgo de que aparezca moho y lograr la máxima eficiencia en la obra. Algo que se consigue, naturalmente, con deshumidificadores y secadores de obra profesionales. Pero, ¿sabía que el uso adicional de ventiladores puede acelerar enormemente el secado? ¿Y que además ahorraría en costes de energía?
El ventilador exterior garantiza una mejor circulación del aire
Del mismo modo que una brisa en condiciones acelera el secado de las prendas en el tendedero, lo mismo sucede con la humedad en las paredes de las obras. Y la mayor parte del flujo de aire lo puede generar con ventiladores fabricados precisamente para ese fin. Es importante saber que los ventiladores incorporados en los secadores o deshumidificadores de obra no son suficientes para mover el aire en habitaciones de tamaño normal. Un ventilador externo es mucho más adecuado para hacer circular el aire de forma eficaz. Por ello, debería colocar adicionalmente como mínimo un ventilador por cada deshumidificador.
Un circuito eficaz acelera la deshumidificación
Lo ideal es colocar el ventilador de forma que el aire se desplace desde una esquina en diagonal por el centro de la estancia. El ventilador deberá estar orientado de forma que sople en diagonal a lo largo de la pared. De este modo, la corriente de aire absorbe perfectamente la humedad de la superficie. El flujo de aire, ahora húmedo, llega al deshumidificador, que seca el aire y lo expulsa de nuevo hacia la parte trasera del ventilador. De este modo consigue crear un circuito eficaz, que acelera enormemente la tarea de deshumidificación. En el caso de habitaciones con formas irregulares o grandes, la posición del ventilador debe cambiarse cada dos o tres días.
Por qué el uso de dos aparatos ahorra más electricidad que uno solo
Por cierto, el uso combinado de deshumidificador y ventilador no solo mejora la eficacia, sino que también ahorra costes energéticos. Y es que un ventilador consume mucha menos energía que un deshumidificador, pero acelera considerablemente el proceso de secado. Así, gastará mucha menos energía que si solo utiliza un deshumidificador.
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